12/22/11

Felices Fiestas

Ainhoa, la niña que recibe las caricias de su madre en la foto con la que os felicitamos las Fiestas nació un domingo con siete meses, cuarenta y dos centímetros y muy débil.  Esa misma tarde su padre la llevó con urgencia a nuestro hospital porque se moría. 
Por fortuna, estaban los médicos españoles Pascual y Ainhoa y un enfermero pediátrico keniano, Joseph. Pusieron una vía a la niña y empezaron a tratarla, luego tuvieron que intubarla y proporcionarle respiración asistida. Enseguida vieron que con los cuidados que podíamos darle allí no iba a sobrevivir y nadie quería resignarse a dejarla morir. Su pequeño cuerpo luchaba por la vida y todos nos hacíamos eco de esa lucha. 
Rafael  decidió contactar con Flying Doctors para su traslado a un hospital de Mombasa con medios para atenderla, pero hacer llegar un avión equipado para trasladarla era demasiado caro para nosotros.  Finalmente, desde Madrid, Ana dijo que la Fundación Pablo Horstmann se haría cargo del gasto y pudimos seguir adelante, aunque hasta el día siguiente no llegaría el avión para trasladarla. 
Muchas veces en esas horas estuvimos a punto de perderla.  Todo parecía fallar menos la decidida voluntad de salvarla. No había bastante oxígeno, el transporte de la unidad hasta el avión era difícil… pero todo se fue solucionando gracias al esfuerzo y la decisión de salvar a la niña. Ainhoa cumplirá dos años en febrero. Su caso tuvo un final feliz, pero otros muchos no lo tienen. El caso de Ainhoa nos hace pensar que ningún niño debería morir por falta de recursosPosted by Picasa

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